Cada día en la puerta de los pequeños del cole, nos juntamos muchos niños y adultos que en ocasiones dificultamos la entrada y salida ordenada y tranquila de los alumnos.
Los pequeños tienen que esquivar, no solo a aquel que se detiene en seco en mitad del camino, sino a aquellos que sin mirar caminan hacia atrás o cambian de dirección pisándoles o chocándose con ellos.
Además, en ocasiones, se añaden algunos perros que abultan tanto como los más pequeños. Es de agradecer cuando sus dueños los han dejado alejados de la puerta atados con sus correas a la verja o los mantienen muy pegados a sí mismos con la correa bien corta. Pero cuando están sueltos y van de un lado para otro, padeciendo el mismo jaleo que todos, se añade un estrés innecesario a aquellos pequeños que tienen miedo a los perros y se asustan al torcer una esquina y verse de cara con ellos. Ni que decir tiene que es de agradecer se evite que hagan sus necesidades en el camino, pues, con tal jaleo, ver y esquivar una caca en el suelo se torna misión imposible para todos.
Por ello, queremos agradecer a todos aquellos que se cuidan de no entorpecer ni dificultar estos momentos de entrada y salida de los pequeños al cole, momento que siempre debería ser alegre y nunca estresante o desagradable. Y a la vez, motivar a aquellos que no habían hecho esta reflexión para que se pongan en el lugar de los que apenas alcanzan el metro de altura.
Con la colaboración y cuidado de todos, las entradas y salidas pueden mejorarse.
Completamente de acuerdo, lo suscribo al 100%. Trasladamos a los niños la ansiedad de los adultos por estar los primeros para recogerlos y los últimos en irse al entregarlos, y no es sólo la incomodidad que les producimos, también pasa que les estamos transmitiendo un modelo de comportamiento (el estrés, la ansiedad, el egoísmo) muy poco recomendable, ya que ellos tienden a reproducir nuestros propios comportamientos.
ResponderEliminarNo puedo estar más de acuerdo con ello!!
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